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28 Cuando el hombre vio a Jesús, cayó ante él, gritando muy fuerte:

—¿Qué quieres de mí, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te suplico que no me atormentes.

29 Es que Jesús ordenaba al espíritu maligno que saliera del hombre. Muchas veces se había apoderado de él y a veces terminaba en la cárcel encadenado de pies y manos, pero el hombre siempre rompía las cadenas. El demonio lo hacía vagar por lugares solitarios. 30 Entonces Jesús le preguntó:

—¿Cómo te llamas?

Él contestó:

—Legión[a].

Dijo esto porque muchos demonios habían entrado en él.

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Footnotes

  1. 8:30 Legión Una legión era un grupo de soldados romanos compuesto de alrededor de 6000 hombres.